viernes, noviembre 25, 2005
Contra esta competencia nadie puede
Uuuuuuuuuy, qué cierto. En esta página que encontré en internet (http://www.cambiosonora.com/VerNota.asp?id=56970&secid=1&catid=1), se cuentan las desventuras que pasan los comerciantes establecidos por lo que en México se conoce como "golondrinas", que, me imagino, será el equivalente a nuestro chilensis "comercio ambulante".
En realidad, contra ellos nadie puede.
Ni Carabineros de Chile, ni los Tribunales, ni tampoco los propios comerciantes.
Porque, en resumen, el problema está en el consumidor y en el nicho que explota el comerciante ambulante. Es un comercio de oportunidad, en que el consumidor, no tiene que esforzarse por entrar a un local determinado; en cuanto a "comercio", es ágil y de rápida modificación, y tampoco tiene barreras de entrada ni de salida; para el consumidor, es fácil obtener la información acerca de los precios, y el mismo no tiene grandes expectativas que frustrar en cuanto a la calidad del producto, por lo que raramente se sentirá desganado cuando el mismo no funcione. Asimismo, como sabe que no tiene respaldo, tampoco buscará satisfacer una garantía, en la práctica, inexistente.
Es decir, señores: es el paraíso para el comerciante.
En realidad, contra ellos nadie puede.
Ni Carabineros de Chile, ni los Tribunales, ni tampoco los propios comerciantes.
Porque, en resumen, el problema está en el consumidor y en el nicho que explota el comerciante ambulante. Es un comercio de oportunidad, en que el consumidor, no tiene que esforzarse por entrar a un local determinado; en cuanto a "comercio", es ágil y de rápida modificación, y tampoco tiene barreras de entrada ni de salida; para el consumidor, es fácil obtener la información acerca de los precios, y el mismo no tiene grandes expectativas que frustrar en cuanto a la calidad del producto, por lo que raramente se sentirá desganado cuando el mismo no funcione. Asimismo, como sabe que no tiene respaldo, tampoco buscará satisfacer una garantía, en la práctica, inexistente.
Es decir, señores: es el paraíso para el comerciante.