viernes, diciembre 16, 2005
¿De qué Tribunales me hablan?
¿Porque aún los Tribunales del Trabajo se llaman así? ¿Porqué no se llaman derechamente "Caja de Pago para trabajadores"?
Cuando eres abogado de la empresa, "vienes por los malos".
Y no te dan lugar a NINGUNA pretensión, por muy razonable que sea.
Cuando te conocen, pides respetuosamente que no te fijen fecha de audiencia en febrero, porque quieres tomarte quince días (corridos, no se te ocurra hábiles) de vacaciones (que todos los "trabajadores" se merecen, menos tú), te juran y re- juran que sí, que lo van a hacer... Resultado: fecha para febrero, a la mitad, para que no te tomes ni la primera ni la segunda quincena.
En fin.
Pestes hay muchas, pero estos Tribunales la llevan.
Los funcionarios y jueces son muy buenas personas, los conozco mucho. Pero la función de ellos está absolutamente desvirtuada.
Sé que están diseñados para proteger a los trabajadores, pero supuestamente se deben enmarcar en el Derecho...
Para qué decir de la Inspección del Trabajo. La semana pasada, reclamé por escrito porque una funcionaria (como yo era abogado de la empresa) me tiró los papeles que le había entregado, y además no cumplió su función de celebrar conciliación (supuestamente es un centro de mediación y conciliación). Resultado: a la siguiente sesión, me impuso una multa excesiva y por motivos ridículos.
Los empleadores deben ser demasiado malos como para merecerse esto.
En lo particular, a mí sólo el DUOC me ha celebrado contrato de trabajo. Porque lo que es con NINGUNA otra entidad o persona había tenido esta virtuosa situación.
Ni pre natal, ni post natal, salí a trabajar teniendo 8 días de nacido mi primer hijo y con el segundo, tenía 7 días de nacido.
¿Todo porqué? Porque los Tribunales del Trabajo (quienes se supone que están también para proteger mis derechos), no modificaron las fechas de audiencia que tenía. "Total, la empresa tiene plata", es el argumento más escuchado a la hora de intentar modificar las cosas.
En fin. Si Dios nos dio esos Tribunales, mejor no veo qué nos espera en el Infierno.
Cuando eres abogado de la empresa, "vienes por los malos".
Y no te dan lugar a NINGUNA pretensión, por muy razonable que sea.
Cuando te conocen, pides respetuosamente que no te fijen fecha de audiencia en febrero, porque quieres tomarte quince días (corridos, no se te ocurra hábiles) de vacaciones (que todos los "trabajadores" se merecen, menos tú), te juran y re- juran que sí, que lo van a hacer... Resultado: fecha para febrero, a la mitad, para que no te tomes ni la primera ni la segunda quincena.
En fin.
Pestes hay muchas, pero estos Tribunales la llevan.
Los funcionarios y jueces son muy buenas personas, los conozco mucho. Pero la función de ellos está absolutamente desvirtuada.
Sé que están diseñados para proteger a los trabajadores, pero supuestamente se deben enmarcar en el Derecho...
Para qué decir de la Inspección del Trabajo. La semana pasada, reclamé por escrito porque una funcionaria (como yo era abogado de la empresa) me tiró los papeles que le había entregado, y además no cumplió su función de celebrar conciliación (supuestamente es un centro de mediación y conciliación). Resultado: a la siguiente sesión, me impuso una multa excesiva y por motivos ridículos.
Los empleadores deben ser demasiado malos como para merecerse esto.
En lo particular, a mí sólo el DUOC me ha celebrado contrato de trabajo. Porque lo que es con NINGUNA otra entidad o persona había tenido esta virtuosa situación.
Ni pre natal, ni post natal, salí a trabajar teniendo 8 días de nacido mi primer hijo y con el segundo, tenía 7 días de nacido.
¿Todo porqué? Porque los Tribunales del Trabajo (quienes se supone que están también para proteger mis derechos), no modificaron las fechas de audiencia que tenía. "Total, la empresa tiene plata", es el argumento más escuchado a la hora de intentar modificar las cosas.
En fin. Si Dios nos dio esos Tribunales, mejor no veo qué nos espera en el Infierno.